Transporte de frutas. ¿A qué temperatura se transportan las frutas?

El transporte de frutas requiere un cuidado especial, ya que las frutas son productos perecederos y su calidad depende del mantenimiento de condiciones adecuadas durante todo el proceso logístico. Un factor clave en el transporte de frutas es el control de la temperatura, que evita la maduración excesiva, la pérdida de humedad, el desarrollo de moho y otras formas de degradación. Diferentes tipos de frutas requieren diferentes rangos de temperatura, lo que se debe a sus características biológicas específicas, contenido de agua y sensibilidad a los cambios ambientales. A continuación, se presentan detalles sobre este tema.

El transporte de frutas generalmente se realiza a temperaturas de entre 0°C y 15°C, dependiendo del tipo de fruta, aunque hay algunas excepciones. Por ejemplo, las manzanas y peras, que pertenecen a las frutas duras, deben almacenarse y transportarse a temperaturas de entre 0°C y 4°C. Esto les permite conservar su frescura por más tiempo y ralentiza el proceso de maduración. Lo mismo ocurre con los cítricos. Al transportar cítricos, es importante recordar que estas frutas requieren temperaturas entre 4°C y 8°C para evitar el choque térmico, que puede causar daños en la piel y la pulpa.

El transporte de plátanos es un caso especial, ya que estas frutas son extremadamente sensibles a las bajas temperaturas. Deben transportarse en un rango de 13°C a 15°C para evitar su congelación y preservar su color y sabor óptimos. En el transporte de plátanos, también es importante el uso de cámaras de maduración especiales, que permiten la liberación controlada de etileno, un gas natural responsable de la maduración de las frutas.

Las frutas del bosque, como fresas, frambuesas, arándanos y moras, son especialmente susceptibles a los daños mecánicos y al crecimiento de microorganismos. Por esta razón, requieren temperaturas cercanas a 0°C y una humedad relativa del aire del 90-95% para evitar la deshidratación. En contraste, el transporte internacional de frutas tropicales, como el mango, la papaya o la piña, debe evitar temperaturas por debajo de 10°C, ya que pueden sufrir daños por frío, que se manifiestan con decoloraciones en la piel, pérdida de firmeza y alteraciones en el sabor.

El transporte de frutas se realiza principalmente en camiones refrigerados especializados, contenedores frigoríficos y aviones adaptados para el transporte de productos sensibles a la temperatura. En 2022, más del 80% del transporte global de frutas se realizó por vía marítima, con los contenedores refrigerados (reefers) como la base de la logística. Por ejemplo, Polonia, uno de los mayores productores de manzanas en Europa, exporta estas frutas principalmente a Alemania, el Reino Unido y los países escandinavos. En 2021, las exportaciones de manzanas polacas alcanzaron aproximadamente 1,2 millones de toneladas, representando el 70% de la producción nacional. El transporte internacional de manzanas se realiza principalmente por vía terrestre, manteniendo la temperatura óptima descrita a continuación.

El transporte de fresas requiere temperaturas muy bajas, idealmente entre 0°C y 2°C. Estas frutas tienen una estructura delicada y son altamente susceptibles a daños mecánicos. Además, su alto contenido de agua facilita el crecimiento de moho y bacterias. Para minimizar estos riesgos, el transporte de fresas se realiza en envases ventilados que reducen la humedad. También es crucial evitar la compresión de las frutas, ya que el daño físico acelera su descomposición. Para el transporte de fresas a largas distancias, se usa frecuentemente la técnica de enfriamiento hidrov entilado, que implica la reducción rápida de temperatura mediante contacto con aire o agua fría. Esto ayuda a mantener la frescura y firmeza de las fresas.

El transporte de frambuesas es aún más exigente, ya que estas frutas son extremadamente frágiles. Incluso pequeños daños pueden hacer que se deterioren rápidamente. Las frambuesas deben transportarse a temperaturas de entre 0°C y 2°C en pequeños envases que minimicen su movimiento. A menudo se utilizan cámaras frigoríficas con atmósfera controlada para prolongar su frescura. Debido a su piel muy fina y alto contenido de jugo natural, las frambuesas se aplastan fácilmente. Para evitarlo, se transportan en capas individuales dentro de envases ventilados. Para envíos de larga distancia, se usan envases al vacío o atmósferas enriquecidas con dióxido de carbono, lo que reduce el desarrollo de moho y bacterias.

En el transporte de arándanos, a menudo se aplica una capa de cera especial que protege la fruta de la deshidratación y prolonga su vida útil. Para el transporte aéreo, se utilizan envases herméticos especiales que minimizan los efectos de los cambios de temperatura y presión en la calidad de la fruta. El transporte de arándanos es más sencillo que el de frambuesas y fresas, pero aún requiere condiciones adecuadas. Estas frutas se conservan mejor a temperaturas de entre 0°C y 2°C. Es importante transportarlas en envases rígidos que eviten su aplastamiento. Debido a su piel protectora natural, los arándanos son más resistentes a la pérdida de humedad que las frambuesas, pero es esencial evitar la condensación excesiva dentro de los envases.

Las cerezas son muy propensas a agrietarse y desarrollar moho, por lo que deben transportarse en cajas ventiladas o envases plásticos. Sus tallos deben permanecer intactos, ya que los daños aceleran su deterioro. El transporte de cerezas se realiza a bajas temperaturas, preferiblemente entre 0°C y 2°C. Estas frutas tienen un alto contenido de ácidos orgánicos, lo que ralentiza la descomposición, pero también las hace sensibles a cambios bruscos de temperatura. Para prolongar su frescura, a menudo se utilizan envases con absorción de humedad y tecnología de atmósfera modificada (MAP), que regula los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en los envases.

El transporte de cerezas dulces requiere condiciones similares al de las cerezas ácidas. Son muy sensibles a los cambios de temperatura y pierden frescura fácilmente. Lo ideal es almacenarlas a temperaturas de entre 0°C y 2°C y con alta humedad para evitar la deshidratación. También se emplea el enfriamiento con agua inmediatamente después de la cosecha para prolongar su duración. Debido a su piel fina pero firme, las cerezas pueden agrietarse con cambios bruscos de humedad. Por ello, es crucial almacenarlas en atmósferas controladas que prevengan la condensación. En algunos casos, se usan películas protectoras para minimizar la evaporación y la pérdida de firmeza.

Las manzanas deben transportarse en cajas que permitan una buena circulación de aire. El transporte de manzanas requiere temperaturas entre -1°C y +4°C. Son bastante resistentes a los daños mecánicos, pero pueden madurar durante el transporte debido a la emisión de etileno. Por esta razón, a menudo se almacenan en atmósferas controladas con bajos niveles de oxígeno y un aumento en la concentración de dióxido de carbono para ralentizar su maduración. Las manzanas son una de las pocas frutas que pueden transportarse a largas distancias gracias a la tecnología Ultra Low Oxygen (ULO), que reduce drásticamente el nivel de oxígeno en el almacenamiento, deteniendo los procesos de envejecimiento y permitiendo su conservación durante varios meses.

El transporte de plátanos se realiza a temperaturas de entre 13°C y 15°C. Los plátanos son frutas climatéricas, lo que significa que maduran después de la cosecha. Dependiendo del mercado, pueden transportarse verdes y luego madurarse en cámaras especiales. Muchas empresas usan la tecnología "SmartFresh", que bloquea la acción del etileno y retrasa significativamente la maduración de los plátanos, permitiendo su transporte a largas distancias.

El transporte de mangos se realiza entre 10°C y 15°C. Estas frutas son sensibles a daños mecánicos, por lo que deben embalarse en cajas especiales que reduzcan su movimiento. Un desafío importante es su susceptibilidad a la antracnosis, una enfermedad fúngica que puede desarrollarse durante el almacenamiento y el transporte prolongado. Para minimizar este riesgo, los mangos a menudo se sumergen en agua a 50°C antes del transporte.

Las peras a menudo se cosechan y transportan en estado duro porque, al alcanzar la madurez completa, se vuelven muy susceptibles a los daños. El transporte de peras es similar al de las manzanas, pero requiere un control aún más preciso de las condiciones de almacenamiento. El transporte de peras se realiza a una temperatura de -1°C a +4°C, y en el caso de almacenamiento prolongado, se utiliza una atmósfera controlada para ralentizar su maduración. Debido a la sensibilidad de las peras a los cambios de temperatura, su transporte debe realizarse en condiciones que garanticen estabilidad. En algunos casos, estas frutas se someten a procesos especiales de enfriamiento hidropónico, lo que ayuda a mantener su firmeza. Un elemento importante en el transporte es también la regulación del nivel de humedad, ya que las peras pueden perder agua fácilmente y arrugarse.

Las uvas son frutas sensibles a los cambios de temperatura, por lo que su transporte debe ser controlado con precisión. El transporte de uvas requiere una temperatura de 0°C a +2°C. Estas frutas son muy susceptibles a magulladuras y rápida descomposición, por lo que deben transportarse en cajas de plástico especiales o contenedores con compartimentos. A menudo se utilizan insertos especiales que absorben el exceso de humedad para evitar la formación de moho durante el transporte. Para garantizar condiciones óptimas de transporte de uvas, se utilizan con frecuencia envases de película perforada que regulan el intercambio de gases y evitan la acumulación de etileno. Algunas variedades de uvas son más sensibles a los daños que otras, por lo que el transporte de uvas requiere aún más precaución, especialmente si se transportan a largas distancias.

El transporte de ciruelas se realiza a temperaturas de -1°C a +2°C. Estas frutas son bastante resistentes al transporte, pero su piel puede romperse fácilmente, lo que acelera el proceso de descomposición. Para evitar esto, las ciruelas se colocan en cajas forradas con material suave que amortigua los impactos. Las ciruelas, al igual que otras frutas con hueso, son susceptibles a daños causados por niveles inadecuados de humedad. En condiciones de aire demasiado seco, pueden perder firmeza y volverse menos atractivas para los consumidores. Por ello, en transportes de larga distancia se utilizan sistemas de atmósfera controlada que ayudan a mantener condiciones de almacenamiento estables durante el transporte de ciruelas.

Los duraznos a menudo se transportan en recipientes de plástico o cartón con compartimentos para evitar que se froten entre sí y se dañen. El transporte de duraznos requiere mucho cuidado, ya que estas frutas tienen una piel delgada y se dañan fácilmente. La temperatura óptima de almacenamiento es de -1°C a +2°C. Los duraznos son frutas con un alto contenido de agua, lo que los hace propensos a la pérdida de humedad. Por esta razón, el transporte de duraznos a menudo se realiza en envases protegidos con una capa delgada que reduce la evaporación. Además, los duraznos pueden tratarse con sustancias que prolongan su vida útil, como recubrimientos comestibles naturales que limitan el acceso de oxígeno a la superficie de la fruta.

El transporte de nectarinas es muy similar al de los duraznos, pero las nectarinas son aún más susceptibles a magulladuras. Requieren un manejo cuidadoso y almacenamiento a una temperatura de -1°C a +2°C. Además, a menudo se usa una atmósfera controlada para retrasar su maduración. Una de las mayores dificultades en el transporte de nectarinas es su sensibilidad a los cambios rápidos de temperatura, que pueden provocar la aparición de manchas oscuras en la piel. Para evitarlo, estas frutas a menudo se transportan en recipientes especiales con circulación de aire regulada, lo que minimiza las diferencias de temperatura y humedad.

Las naranjas pueden transportarse a distancias muy largas gracias a su resistencia natural a la deshidratación. El transporte de naranjas se realiza a temperaturas de 4°C a 10°C. Las naranjas tienen una piel gruesa, lo que las hace más resistentes a los daños mecánicos. Sin embargo, una humedad excesiva puede causar la formación de moho en la piel, por lo que el transporte de naranjas requiere una ventilación adecuada. También se utilizan recubrimientos de cera que protegen adicionalmente la piel contra la pérdida de humedad. En el caso de transportes prolongados, las naranjas se almacenan en una atmósfera con un contenido reducido de oxígeno, lo que ralentiza su maduración.

Los pomelos a menudo se transportan en cámaras frigoríficas con atmósfera modificada para mantener un nivel óptimo de humedad. El transporte de pomelos requiere temperaturas de 10°C a 12°C. Estas frutas, al igual que las naranjas, tienen una piel gruesa, pero son más sensibles a los daños mecánicos. Se transportan en cajas forradas con material amortiguador para evitar rozaduras y grietas. Estas frutas tienen un período de almacenamiento relativamente largo, por lo que pueden conservarse en almacenes durante varios meses sin perder calidad.

El transporte de limones se realiza mejor a temperaturas de 7°C a 12°C. Los limones son bastante resistentes al transporte, pero su piel puede perder humedad, lo que provoca el secado de la fruta. Por ello, a menudo se utilizan recubrimientos de cera especiales que ayudan a retener la humedad dentro de la fruta. Los limones son muy sensibles a los cambios de temperatura, por lo que su transporte requiere condiciones de refrigeración estables. Estas frutas pueden almacenarse en cámaras frigoríficas durante períodos prolongados, pero un transporte demasiado largo puede afectar la intensidad de su sabor.

Las limas tienen una piel delgada, lo que las hace más susceptibles a la pérdida de agua y al deterioro más rápido. El transporte de limas requiere condiciones similares a las de los limones, pero las limas son más sensibles a las bajas temperaturas. Es mejor transportarlas a temperaturas de 8°C a 12°C para evitar su deshidratación excesiva. Para prolongar su vida útil, a menudo se almacenan en envases especiales que limitan el acceso al aire y evitan la evaporación excesiva.

El transporte de piñas se realiza a temperaturas de 7°C a 13°C, dependiendo de su grado de madurez. Estas frutas tienen una piel dura que las protege contra daños mecánicos, pero su interior es muy sensible a los cambios de temperatura. Una temperatura demasiado baja durante el transporte de piñas puede causar el oscurecimiento de la pulpa y la pérdida de sabor. Las piñas a menudo se transportan en estado inmaduro, y su proceso de maduración se controla en condiciones de almacenamiento. En algunos casos, también se utiliza una atmósfera con contenido de oxígeno controlado para ralentizar los procesos de envejecimiento de las frutas. En el transporte marítimo internacional, las piñas se transportan en contenedores frigoríficos especiales que garantizan condiciones óptimas para ellas.

La sandía tiene una piel gruesa, pero incluso una pequeña grieta puede causar su rápida descomposición. El transporte de sandías requiere mantener una temperatura de 10°C a 15°C. Estas frutas son muy grandes y pesadas, lo que significa que deben colocarse cuidadosamente durante el transporte para evitar daños. Durante el transporte, las sandías a menudo se colocan en redes especiales o cajas amortiguadoras que las protegen contra impactos. Una temperatura demasiado baja puede provocar el enfriamiento excesivo de la pulpa, lo que afecta negativamente su textura y sabor.

El transporte de melones se realiza a una temperatura de 7°C a 10°C. Estas frutas son sensibles a los golpes y la presión, por lo que deben colocarse en cajas adecuadas con separadores. Algunas variedades de melón, como el cantalupo, emiten etileno, lo que puede acelerar la maduración de otras frutas transportadas en la misma carga. Los melones tienen un período de vida útil relativamente largo si se almacenan en condiciones adecuadas. En el caso del transporte de melones a largas distancias, a menudo se utiliza una atmósfera modificada (MAP), que reduce la respiración de las frutas y ralentiza su maduración.

Los kiwis se almacenan en cajas con buena ventilación durante el transporte para evitar la acumulación excesiva de humedad. El transporte de kiwis requiere mantener una temperatura de 0°C a 2°C. Estas frutas son bastante resistentes al transporte, pero su piel delicada puede dañarse fácilmente por fricción, lo que acelera su deterioro. Debido a la emisión de etileno, los kiwis pueden influir en la maduración de otras frutas, por lo que generalmente se transportan por separado. Para su almacenamiento a largo plazo, se utiliza una atmósfera con bajo contenido de oxígeno y un nivel elevado de dióxido de carbono, lo que permite conservar su frescura durante varias semanas.

El transporte de higos es uno de los más exigentes, ya que estas frutas tienen una piel muy fina y son propensas a agrietarse. La temperatura óptima de transporte es de 0°C a 2°C. Para evitar daños, se transportan en pequeños recipientes de plástico que limitan la fricción entre ellos. Los higos contienen una gran cantidad de azúcar, lo que los hace especialmente susceptibles al crecimiento de moho y fermentación. Por esta razón, durante su transporte, a menudo se utiliza una atmósfera enriquecida con dióxido de carbono, lo que limita el desarrollo de microorganismos. En algunos casos, los higos también se protegen con recubrimientos especiales que ralentizan los procesos de oxidación y la pérdida de humedad.

El transporte de dátiles se realiza a una temperatura de 0°C a 5°C, aunque los dátiles secos pueden transportarse a temperatura ambiente. Son menos sensibles a los daños mecánicos que otras frutas, pero su alto contenido de azúcar los hace propensos al crecimiento de moho en condiciones de alta humedad. Para evitar su deterioro, a menudo se envasan en paquetes herméticos que los protegen de la deshidratación excesiva. En el caso del transporte de dátiles a distancias muy largas, también se utiliza una atmósfera modificada para mantener su humedad adecuada y evitar la fermentación.

El transporte de maracuyá se realiza a una temperatura de 7°C a 10°C. Estas frutas son bastante resistentes al transporte, pero su piel puede arrugarse si pierden demasiada humedad. Por lo tanto, es importante mantener un nivel adecuado de humedad en el entorno de transporte. La maracuyá es una fruta climatérica, lo que significa que madura después de la cosecha. Para evitar su maduración prematura durante el transporte, se utiliza una atmósfera con bajo nivel de etileno. En el caso del transporte de maracuyá a largas distancias, también se utilizan envases de vacío protectores que reducen la pérdida de agua y ralentizan los procesos de maduración.

Las granadas son relativamente resistentes al transporte y pueden almacenarse durante mucho tiempo si se colocan en condiciones adecuadas. El transporte de granadas se realiza a una temperatura de 5°C a 7°C. Estas frutas tienen una piel dura que las protege de daños mecánicos, pero su interior es muy sensible a los cambios de temperatura. Una temperatura demasiado baja puede dañar las semillas y alterar su sabor. Para el transporte de granadas, a menudo se utiliza una atmósfera controlada que reduce la oxidación y ralentiza los procesos de maduración.

Las papayas suelen empaquetarse en redes protectoras individuales que las protegen de golpes. El transporte de papayas requiere una temperatura de 10°C a 13°C. Estas frutas son muy sensibles a los daños mecánicos y maduran rápidamente, por lo que a menudo se transportan en estado inmaduro. Para retrasar su maduración, se utiliza una atmósfera con bajo contenido de oxígeno y un nivel elevado de dióxido de carbono. En el caso del transporte aéreo, estas frutas pueden almacenarse en cámaras frigoríficas con humedad controlada para evitar que se ablanden prematuramente.

El transporte de albaricoques se realiza a una temperatura de -1°C a +2°C. Son frutas muy delicadas que se magullan fácilmente y pierden firmeza. Debido a su corto período de vida útil, a menudo se transportan en pequeños recipientes ventilados para evitar una presión excesiva sobre la fruta. Los albaricoques maduran después de la cosecha, por lo que el transporte de albaricoques requiere determinar con precisión su grado de madurez antes del envío. Para el transporte de albaricoques a largas distancias, se utilizan cámaras frigoríficas que ralentizan el proceso de maduración y mantienen la frescura de las frutas durante más tiempo.

El transporte de grosellas requiere una temperatura de 0°C a 2°C. Son frutas pequeñas que se dañan fácilmente, por lo que deben transportarse en recipientes de plástico ventilados para evitar el moho. Las grosellas son muy sensibles a los cambios de temperatura y pueden perder humedad rápidamente, por lo que su transporte se realiza en condiciones de humedad controlada. En el caso del transporte aéreo, a menudo se empaquetan en películas protectoras especiales que previenen su deshidratación.

Los arándanos y las bayas pueden almacenarse durante más tiempo si se transportan en una atmósfera controlada, donde el nivel de oxígeno y dióxido de carbono está regulado adecuadamente. El transporte de arándanos y bayas se realiza a una temperatura de 0°C a 2°C. Estas frutas son muy delicadas y se dañan fácilmente, por lo que se transportan en pequeños recipientes de plástico con orificios de ventilación. Debido a su susceptibilidad al moho, en el transporte a menudo se utilizan insertos absorbentes de humedad. El transporte de fresas silvestres y moras requiere condiciones similares al transporte de arándanos.

La grosella espinosa a menudo se transporta en recipientes ventilados para evitar la acumulación de humedad. El transporte de grosella espinosa requiere una temperatura de 0°C a 2°C. Estas frutas tienen una piel relativamente gruesa, lo que las hace más resistentes a los daños mecánicos que otras bayas. Sin embargo, su pulpa es delicada y propensa a estropearse si la temperatura es demasiado alta. Para su almacenamiento prolongado durante el transporte, se utilizan cámaras frigoríficas con atmósfera controlada para ralentizar el proceso de maduración.

El transporte de lichi se realiza a una temperatura de 0°C a 5°C. Estas frutas tienen una piel dura y rugosa que las protege de daños, pero al mismo tiempo son muy sensibles a la pérdida de humedad. Si no están adecuadamente protegidas, su piel puede volverse marrón rápidamente, lo que reduce su valor comercial. Para conservar la frescura del lichi, a menudo se utilizan envases al vacío especiales o películas que limitan la pérdida de agua. Estas frutas también se transportan en una atmósfera enriquecida con dióxido de carbono, lo que limita el crecimiento de moho.

En el caso del mango, a menudo se utilizan tratamientos especiales para proteger contra plagas, como baños en agua caliente o tratamiento con radiación. El transporte del mango se realiza a una temperatura de 10°C a 13°C. Estas frutas se cosechan en estado inmaduro y maduran durante el transporte. Una temperatura demasiado baja puede causar los llamados daños por frío, que afectan la consistencia de la pulpa. El mango se transporta en cajas ventiladas, que evitan la acumulación de humedad y reducen el riesgo de moho.

El transporte de la pitahaya se lleva a cabo a una temperatura de 10°C a 12°C. La fruta del dragón tiene una piel delicada, pero su pulpa es relativamente resistente al transporte. El mayor desafío es evitar la deshidratación de la fruta, por lo que a menudo se utilizan envases que mantienen la humedad adecuada. La pitahaya es una fruta climatérica, lo que significa que puede madurar después de la cosecha. Para prolongar su período de almacenamiento, se transporta en una atmósfera modificada que ralentiza los procesos de maduración.

Para ralentizar el proceso de maduración, el aguacate se transporta en una atmósfera controlada con un nivel reducido de oxígeno. El transporte del aguacate requiere una temperatura de 5°C a 7°C. Estas frutas maduran después de la cosecha, por lo que su transporte se controla cuidadosamente. Una temperatura demasiado baja puede dañar la pulpa, mientras que una demasiado alta acelera la maduración y acorta el período de almacenamiento. En algunos casos, también se utilizan láminas especiales que ralentizan la respiración de la fruta, lo que permite un almacenamiento prolongado sin pérdida de calidad durante el transporte del aguacate.

Las tecnologías avanzadas desempeñan un papel cada vez más importante en el transporte de frutas. Los contenedores frigoríficos modernos están equipados con sensores que monitorean la temperatura, la humedad y los niveles de dióxido de carbono y oxígeno. Un ejemplo es la tecnología de Atmósfera Controlada (CA), que permite una regulación precisa de la atmósfera dentro del contenedor, lo que prolonga significativamente el período de almacenamiento de las frutas. Gracias a esta tecnología, manzanas o kiwis pueden almacenarse incluso durante varios meses sin perder calidad. Por otro lado, la tecnología de Envasado en Atmósfera Modificada (MAP) se usa principalmente en el transporte de frutas del bosque y consiste en modificar la composición del gas en el embalaje, lo que reduce la tasa de respiración de las frutas y prolonga su vida útil.

El transporte aéreo de frutas, aunque más costoso, es preferido para frutas muy delicadas, como el transporte de fresas o mangos frescos, especialmente en largas distancias, por ejemplo, desde África o América del Sur hasta Europa. Gracias a esto, las frutas pueden llegar a los consumidores en pocas horas después de la cosecha. Las estadísticas de 2022 indican que más del 10% de las exportaciones globales y el transporte de frutas se realizaban por vía aérea, siendo los mayores importadores de estos productos Estados Unidos, Alemania, Japón y China.

La humedad relativa del aire es otro factor clave en el transporte de frutas. Su nivel debe ajustarse adecuadamente al tipo de productos transportados. Por ejemplo, el transporte de cítricos y el transporte de plátanos requieren una humedad en el rango del 85 al 90%, mientras que el transporte de frutas del bosque requiere hasta un 90-95%. Una humedad inadecuada puede provocar la deshidratación de las frutas o fomentar el crecimiento de moho, lo que reduce significativamente su valor comercial. Cabe destacar que Polonia, siendo uno de los mayores productores de arándanos en Europa, exporta y transporta arándanos principalmente a Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Escandinavia. El transporte de arándanos se realiza principalmente en refrigeradores, a una temperatura de 0°C a 2°C y manteniendo una alta humedad.

Se estima que el mercado global del transporte refrigerado, incluidas las frutas, alcanzará un valor de más de 25 mil millones de dólares para 2025. El crecimiento dinámico de este sector está impulsado por la creciente demanda de productos frescos en países desarrollados y el avance tecnológico, que permite transportes más eficientes y ecológicos. En el contexto de Polonia, el creciente volumen de exportación y transporte de frutas, especialmente el transporte de manzanas, peras, arándanos y fresas, contribuye al desarrollo de la infraestructura de refrigeración y al aumento de la importancia de nuestro país como proveedor clave de estas frutas en los mercados europeos.

Vale la pena señalar que los requisitos de temperatura pueden variar según la distancia del transporte y el método de transporte. En distancias cortas, como entregas locales a supermercados, el transporte de frutas puede realizarse en condiciones menos estrictas, siempre que el tiempo de transporte sea corto. Sin embargo, en el caso de exportaciones intercontinentales, por ejemplo, desde América Latina a Europa, mantener una temperatura estable durante todo el viaje es clave para preservar la calidad de las frutas. Un ejemplo es el transporte de plátanos desde Ecuador, que representa más del 25% de las exportaciones mundiales de esta fruta. El transporte de plátanos se realiza en contenedores refrigerados a una temperatura de 13°C-14°C, y su proceso de maduración se controla mediante etileno en el destino final.

El transporte de frutas es un proceso algo complejo que requiere considerar las necesidades específicas de cada tipo de fruta. La temperatura adecuada, la humedad, el control de la atmósfera y las tecnologías logísticas avanzadas desempeñan un papel clave en la conservación de la calidad de las frutas en cada etapa de su viaje, desde el productor hasta el consumidor. El desarrollo dinámico de este sector y la creciente demanda de frutas frescas hacen que Polonia tenga la oportunidad de fortalecer su posición como un exportador y proveedor líder que transporta frutas en mercados internacionales exigentes.